¡Todo sucede en el bulbo piloso!
Mecanismo celular de la formación del pelo y del revestimiento epitelial interno
El bulbo piloso confiere al folículo su forma de maza. Corresponde a la matriz pilosa, una masa celular maciza ahuecada por la papila, y que comprende tres zonas:
La zona fecunda
Esta zona forma el fondo del bulbo piloso y corona la papila. Se trata de una capa monocelular, sede de las divisiones celulares, como la capa germinativa de la epidermis, la cual prolonga. Cada célula se divide para dar origen a dos células-hijas, una de las cuales será impulsada hacia arriba, siguiendo el mismo proceso que se da al nivel de la epidermis, elaborando así el pelo y el revestimiento epitelial interno. El grado de reproducción de estas células germinativas es el más elevado que se conoce, llegando frecuentemente a multiplicarse diez veces más que las células germinativas epidérmicas. Eso explica la elevadísima sensibilidad de los cabellos a los medicamentos que bloquean la multiplicación celular (agentes llamadas “antimióticos” utilizados en el tratamiento de algunos cánceres).
La zona de queratogénesis
Esta zona forma la parte superior del bulbo donde se lleva a cabo la diferenciación de las células que formarán el pelo; ahí es donde las células surgidas de la división de las células germinativas se queratinizan progresivamente durante su ascensión. Al finalizar su viaje han quedado completamente queratinizadas. A este mismo nivel se individualiza igualmente el revestimiento epitelial interno.
La zona de los melanocitos
En la cima de la papila los melanocitos se mezclan con las células germinativas.
Vascularización e inervación del folículo piloso
La vascularización del folículo piloso está asegurada por numerosos capilares situados en la papila.
La aportación de sangre arterial se realiza a través de vasos sanguíneos procedentes del plexo arterial dérmico profundo, y el retorno a través de venillas que se unen al plexo venoso dérmico profundo. Cada papila posee igualmente su linfático.
La inervación: Hay terminaciones nerviosas sueltas en las papilas, donde se entremezclan con vasos sanguíneos. La inervación papilar interviene en la vasomotrocidad y por consiguiente en la nutrición, crecimiento y renovación de los pelos y cabellos.
Igualmente se observa la existencia de estructuras nerviosas alrededor del folículo - frecuentemente relacionadas con las células de Merckel - que confieren al pelo una función táctil. Esta función, que en ciertos animales está muy desarrollada, ha perdido su importancia en el ser humano.
Aspectos bioquímicos
Ultraestructura del pelo
De las tres capas celulares que lo forman, la corteza es la más esencial para el pelo (90% de su peso). Está formada por grandes células, muy largas (100 micras), con un diámetro de 3 a 5 micras, llenas de queratina, pigmentadas y cimentadas entre ellas por una sustancia intercelular.
Cada célula se presenta como un haz de “cables” llamados macrofibrillas (0,1 micras de diámetro). Cada macrofibrilla está a su vez formada por miles de microfibrillas (un millón por cabello), unidas por un cemento interfibrilar. La microfibrilla, de estructura cilíndrica, reúne a su vez once protofibrillas. Cada protofibrilla se presenta como una especie de cuerda entorchada formada por tres hebras, que son cadenas largas de aminoácidos.
Un cabello estaría finalmente formado por 40 millones de hebras elementales.
Constitución química del tallo piloso
El pelo es, ante todo, una masa de queratina fabricada en unos años por el folículo piloso.
La queratina es una proteína, es decir, una molécula formada por el encadenamiento de un elevado número de aminoácidos, unidos por enlaces peptídicos, que son enlaces covalentes, y por consiguiente fuertes y difíciles de romper. De los 20 aminoácidos azufrados que existen en la naturaleza, 18 están presentes en la queratina, con un parte muy importante de aminoácidos azufrados (cistina). Una cadena -muy larga- de aminoácidos es una “hebra” elemental que se forma progresivamente en el interior de las células salidas de la capa germinativa.
Esta cadena de aminoácidos no es lineal, sino entorchada en forma de hélice. La estructura helicoidal, llamada alfa, de la cadena es estabilizada por los numerosos enlaces hidrógenos que se forman entre las agrupaciones -NH- y -CO- de aminoácidos de vueltas de espiral cercanos en el espacio. Se trata de enlaces hidrógenos longitudinales, llamados intercatenarios.
Los enlaces hidrógenos son conexiones relativamente débiles, cuya ruptura es favorecida por la presencia de agua, que transforma la queratina alfa, helicoidal, en queratina beta, sinusoidal. Así, el calor húmedo del marcado en peluquería rompe los puentes hidrógenos y produce un estiramiento de la estructura alfa y, consecuentemente, el alargamiento del cabello. Durante el secado, los enlaces hidrógenos vuelven a formarse y la queratina recupera su estructura en forma de hélice.
En la queratina alfa, la cohesión de las tres hebras elementales cercanas está garantizada por puentes laterales llamados enlaces disulfuros o puentes disulfuros, característicos de la estructura queratínica, que se forman entre dos átomos de azufre -SS-. Son las conexiones más fuertes que pueden establecerse entre las cadenas polipeptídicas. El rizado de la permanente se obtiene al precio de una ruptura de los puentes disulfuros.
- Un “cemento” de naturaleza proteica se insinúa entre las fibras de queratina para adherirlas entre ellas.
- Los componentes minerales (zinc, cobre, etc.) están pobremente representados en la estructura del pelo.
Características generales de las queratinas
No existe la queratina, son las queratinas:
- La queratina que llena las células córneas de la epidermis es una queratina “blanda” que se desprende en forma de escamas y se hidrata fácilmente.
- La queratina de las uñas y la pilosa son queratinas “duras”, compactas, resistentes que no tienden a descamarse.
- Las queratinas tienen algunos caracteres en común:
-
- Son proteínas fibrosas, con sede estrictamente intracelular, al contrario que el colágeno y la elastina, de localizaciones extracelulares.
- Son notablemente resistentes a diversos agentes físicos o químicos.
- Son insolubles en agua.