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El pelo a través del microscopio

Morfología general del folículo piloso.

El pelo presenta una parte visible, el tallo, que es la continuación de la raíz, parte profunda ubicada en el interior de un saco cilíndrico, que es el folículo piloso.

El pelo está implantado en la piel oblicuamente, saliendo al nivel del orificio pilosebáceo, u óstium piloso. En su parte inferior, el folículo se abulta formando el bulbo piloso, que descansa en la junta dermohipodérmica o en la hipodermis. El fondo del bulbo presenta una depresión debida a una expansión de la dermis, la papila del pelo.

Los cuellos, inferior y superior, son ligeros estrechamientos del folículo piloso.

La glándula sebácea pende del folículo piloso por un pequeño canal, en la vertiente posterior del folículo.

Por encima, se anastomosa (empalma) la glándula apocrina en algunas partes del cuerpo.

El istmo es la parte cilíndrica del folículo y el punto de confluencia del canal excretor y la glándula sebácea.

El músculo erector es un músculo liso, que se tensa en el ángulo agudo que forman el aparato pilosebáceo y la superficie cutánea.

Se inserta, por abajo, en el folículo por un pequeño tendón. Por arriba, acaba la dermis papilar.

La contracción de los músculos erectores es lo que pone “los pelos de punta” y la “carne de gallina”. Este fenómeno es una forma arcaica de combatir el frío, que se produce igualmente en algunos estados emotivos.

Componentes anatómicos del folículo piloso.

Los revestimientos foliculares.

Debajo del bulbo, el folículo está formado por el encaje de cilindros concéntricos correspondientes a los dos revestimientos foliculares que rodean el tallo piloso.

El revestimiento epitelial externo.

Es el “cilindro” más externo, que forma continuidad con la epidermis, de la que sólo representa una invagación.

Este revestimiento está formado por varias capas celulares, la más externa de las cuales está implantada en una membrana basal espesa. Las células que forman este revestimiento, a pesar de depender de la epidermis, no se queratinizan, salvo a la altura del canal piloso.

El revestimiento epitelial externo se adelgaza de arriba a abajo por la desaparición sucesiva de sus capas superficiales. Así allí donde se hincha el bulbo piloso, el revestimiento epitelial queda reducido a una sola capa de células, que corresponde a la capa germinativa de la epidermis.

El revestimiento epitelial externo está a su vez rodeado de un espeso envoltorio de tejido conjuntivo que forma una especie de “hamaca” que sostiene el folículo polisebáceo.

El revestimiento epitelial interno.

Este envoltorio está situado entre el pelo, al que rodea, y el envoltorio epitelial externo. Al igual que el pelo, surge de la matriz. Está formado por tres capas celulares concéntricas diferentes. De fuera hacia dentro:

  • la capa de Henlé, formada por una sola capa de células cuboideas que se queratinizan en el cuello inferior;
  • la capa de Huxley, compuesta de una o dos capas de células voluminosas, que se queratinizan más arriba;
  • la cutícula de revestimiento, que se compone de una sola capa de células planas imbricadas entre sí a la manera de las tejas de una techumbre y cuyo borde visible se dirige hacia abajo.

Esta disposición permite que se agarren a las células de la cutícula del pelo.
El revestimiento epitelial interno se modifica de abajo a arriba. A partir de la mitad del folículo piloso, sus diferentes capas se confunden en una sola capa hialina. Esta desaparece completamente a la altura del canal de excreción sebácea, donde se dispersan sus componentes para acabar mezclándose con la secreción sebácea.

Este componente empieza cuando la glándula sebácea se anastomosa (empalma) en el folículo piloso. A este nivel, el revestimiento epitelial interno ha desaparecido. Su homólogo externo, por el contrario, se extiende sin interrupción y forma la pared del canal piloso, prolongándose luego por la epidermis. Del infundíbulo piloso distinguiremos dos partes:

  • el acroinfundíbulo, cuya estructura es similar a la de la epidermis adyacente:
  • el infrainfondíbulo, donde la queratinización es incompleta: las células que se descaman son poco adherentes entre ellas y se eliminan fácilmente.

El tallo piloso.

Cuando se ha liberado del revestimiento epitelial interno, el tallo piloso queda flotando en el infundíbulo. Todas sus células están queratinizadas. Su diámetro es de 70 a 100 micras

En el tallo piloso se distinguen tres capas, de fuera a dentro:

  • La cutícula

Espesor: 0,5 micras. Está formada por grandes células planas y alargadas que se cubren entre ellas a la manera de las tejas de una techumbre, con las células superiores tapando parcialmente las que se encuentran debajo suyo. La imbricación es muy regular y sin fallos. Su borde visible se dirige hacia arriba. Estas células se engranan con las de la cutícula de revestimiento, cuya disposición es inversa.

  • La corteza

Está formada por células muy largas, adheridas las unas a las otras siguiendo la dirección del tallo piloso. Es una parte esencial del pelo y representa el 90% de su peso.

  • La médula

Esta parte sólo está presente en los pelos maduros, en los que forma su columna central. Esta constituída por una o dos capas de grandes células sin núcleo, frecuentemente desunidas a medida que ascienden.